Una de las reglas clave para apostar en cualquier deporte es prestar atención siempre a la situación y realidad del momento. Esto es relevante tanto para los principiantes como para los que tienen años de experiencia a sus espaldas. Hacer bien las cosas sencillas nunca deja de ser importante. Los apostadores más exitosos del mundo así te lo dirán, y mi experiencia también es esa. Si has leído mi blog, ya conoces mi pasión por los deportes y mi afición por intentar sacar un rédito económico a ese tiempo que destino viéndolo.

Si en otro artículo hablaba de la NBA y el tenis, no podía dejar a un lado otro de los deportes que más disfruto viendo; el baloncesto de la liga española. A pesar de que no tienen tanta popularidad ni espectacularidad que la NBA, es para muchos la segunda mejor liga de baloncesto del planeta. Y es muy disfrutable una vez empiezas a conocer las historias y trayectorias de todos sus equipos.

A pesar de que, como comenté en otro post, siendo de Argentina siempre apoyaré a la selección de mi país, a pesar de que no dejan de perder finales, la verdad es que viviendo en Chile tengo un nuevo amor. La selección de fútbol de Chile, o La Roja, nos ganó dos finales de la Copa América y, por eso, comencé a odiarla; sin embargo, poco a poco le he ido agarrando cariño a pesar de estos encuentros desafortunados.

Ya les he explicado por qué comencé a apostar en la NBA; en esta oportunidad les diré por qué también lo hago en el tenis (más allá de porque es mi deporte favorito por sobre todos los demás) y cómo hago para ganar. Muchas variaciones El tenis es un excelente deporte para los que amamos las estadísticas porque cada movimiento de los jugadores es seguido con la máxima atención. Por lo tanto, es fácil conseguir números de todo tipo.

Quienes siguen este blog deben estar al tanto sobre mi pasión por los deportes, pero en esta ocasión hablaré sobre una faceta que todavía no había comentado: mi amor por las apuestas deportivas. ¡Ojo! No soy de esas personas que pasan todo el día apostando, para mi es solo un pasatiempo en el que me reto a mi mismo para ver si soy capaz de predecir los resultados del fin de semana.